Sigo obsesionado con el triste y grande David, con su mezcla de horror y atracción por el solipsismo, su odio a la metaficción demostrado por medio de la meta-meta-(n metas)-metaficción, su sentido del humor que te cosquillea el intelecto para despertarlo. Hace un tiempo me embarqué en esta auto-ficcio-biografía (El rey pálido) de cuando «trabajó» en la Agencia Tributaria de Peoria, Illinois. Es su obra póstuma, en la que estaba trabajando cuando su enfermedad mental se lo llevó por delante.

Iba a ponerme a releer el libro, pues me dejé este post a medio hacer hace ya meses, pero resulta que José Luis Amores lo hizo en 2011 un millón de veces (o más) mejor de lo que yo podría hacerlo aunque me lo releyese cien veces y las cien veces entendiese algo de lo que va más allá de mis gafas.
La novela, que parte de que a alguien podría interesarle la vida de los inspectores de hacienda (eso ya es para el autor ponerse un desafío digno de un saltador con pértiga), se dedica a inspeccionar el aburrimiento, una de las peores, y en la actualidad más difundidas, formas del sufrimiento humano. Estos inspectores de hacienda miran una y otra vez declaraciones de impuestos intentando encontrar indicios de que una inspección presencial, con los costes que conlleva, tiene probabilidades de detectar un fraude, que ese fraude se puede cobrar, y que lo que vaya a cobrarse se más que lo que costó capturarlo. Un trabajo de artesanía en las mesas «Calambre», que dan precisamente eso, calambres insoportables por la inmensa cantidad de horas de su vida que estos inspectores dedican a leer y releer declaraciones de impuestos. La organización socio-política de la agencia revela todo un sistema de castas y un movimiento revolucionario que plantea reemplazar ese trabajo por la inteligencia artificial de los ordenadores, revolución contra la que se rebela gran parte de los afectados, así como otros que hacen reflexiones ético-filosóficas sobre el derecho que puede tener el estado a entrometerse así en la vida de sus administrados.
Es lo que pasa con esto de escribir, que resulta inabordable (quizá también lo fue para él). Esa descripción minuciosa, donde cada detalle milimétrico, o microscópico, en que el autor fija su mirada, tiene la capacidad de comunicar partes esenciales del mensaje. Como en el prefacio, donde te dice que todo lo incluido en el libro es rigurosamente cierto, pese a que en la contraportada también dice claramente que «esto es una obra de ficción». En ese mismo prefacio, la nota al pie acerca del número de la seguridad social del autor ya te está contando que el autor trabajó en la agencia tributaria (la IRS), porque ese número contiene un «9», y sobre lo que significa haber trabajado allí alguna vez. O sea, que una nota, que solía ser una bifurcación en el curso principal de una historia, resulta ser un acelerador a hipervelocidad para que avances en la trama. Es verdad que su suicidio fue un desastre. Para él, para su familia, para la cultura occidental, que se ha quedado huérfana.
Nos han quedado, después del desastre, algunas cosas interesantes, que suelto aquí, sin orden ni concierto, pero que ilustran un poco más este libro muy recomendable, vigente, necesario:
- Una lectura de fragmentos de su libro aún no publicado para la fundación Lannan en Santa Fe, Nuevo Mexico:
- Un vistazo, de aperitivo, a la enorme colección digital y física de materiales de The Pale King (cuadernos, borradores, fotocopias, correcciones, anotaciones, etc.) y otros documentos de D.F. Wallace que el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas pone a disposición de los investigadores.
- Iba a hacer una lista de personajes, pero siempre hay alguien que la ha hecho antes, como en todo: https://figurativeink.wordpress.com/2011/10/19/david-foster-wallace-the-pale-king-character-list/.
- Los números entre paréntesis son la primera página en que aparecen en la primera edición en tapa dura.
- Claude Sylvanshine (5), Reynolds (6), 356 Jensen, Jr., Dr. Lehrl, Systems Director (7) , Merri Eloise Prout aka Dr. Yes (19), Vincent Bussy (20), Frederick Blumquist (27), 315, Leonard (29) Stecyk, Lane A. Dean, Jr. (36), Sheri (38) Fisher, Toni Ware (54), Donald Jones (80), Kenneth “Type of Thing Ken” Hindle (80), 107, Chris Acquistipace (84), Cusk (91) David 317, D.P. Tate (101), Richard Glendenning (128) , DeWitt, Jr. 157, Rosebury (129), Gene Nichols (143), Stuart A., Jr. Gaines (145), 352, Lotwis (150), Chris Fodle (154) “Irrelevant” 257, Robert Atkins (281), Ms. Neti-Neti (285), F. Chahla 2K, Bob McKenzie (285), Marge van Hool (299), Garrity (315), Pam Jensen (332), Hurd (347, 351), Gestine Lumm (347, 352), Todd Miller (352), “Colorado” Todd Bondurant (352), Sheehan (356), Julia Drutt Chaney (357), Eugine E. Rosebury (358), Gary Yeagle (358), Shinn (371), Cardwell (425), Meredith Rand (446), Shane Drinion aka Mr. X (448).